Virgin and child(Lorenzo Mercadante de Bretaña)
Lorenzo Mercadante de Bretaña (activo en Sevilla, 1454-1467)
Virgen con el Niño
Barro cocido y policromado, 145 x 54 x 33 cm.
Lorenzo Mercadante está documentado en 1454 en Sevilla, desconociéndose si era natural de Bretaña o procedía de aquella región francesa. “loreino mercador”[1] o “Maestre Lorenço, mercader imaginero”[2] se le llama en el primer documento sevillano, según las trascripciones existentes, sin duda una traducción castellana de un nombre francés, posiblemente Lorens Marchand o Marc´hadour, pero el artista asumió su nombre castellano de Lorenzo Mercadante de Bretaña, como firmó el sepulcro del Cardenal don Juan de Cervantes en 1458, conservado en la capilla de San Hermenegildo de la Catedral de Sevilla. El historiador Enrique Pareja ha planteado la posibilidad de su origen italiano y formación bretona[3].
Lorenzo Mercadante de Bretaña es el primer escultor de quien conocemos su nombre. A mediados del siglo XV, cuando este artista llegó a Sevilla, el panorama político de Andalucía está configurado en dos zonas claramente delimitadas por dos reinos bajo las dos grandes religiones del Mediterráneo (católica e islámica): el reino cristiano de Sevilla que ocupa la mitad occidental de la región y depende del reino de Castilla y León y el reino nazarí de Granada que controla las provincias algunas de las provincias orientales (Almería, Granada y Málaga). Durante más cuarenta años de la segunda mitad del siglo XV esta última zona fue campo de batalla de las tropas cristianas e islámicas.
En Sevilla, la gran capital del Sur del reino de Castilla y León que llevaba dos siglos gobernada por los católicos, el cabildo de la Catedral había decidido a comienzos del siglo XV construir el templo más grande de la cristiandad. Esta iniciativa atrajo a destacados artistas procedentes de los principales centros artísticos centroeuropeos e italianos, especialmente de las ciudades más relacionadas con la política comercial del reino de Castilla y León. Uno de estos artistas fue el escultor Lorenzo Mercadante de Bretaña, cuya actividad sevillana se le localiza entre 1454 y 1467, realizando su producción más numerosa en la Catedral de Sevilla.
Este templo metropolitano y los monasterios medievales que se fundan o se reforman en este siglo demandaron una producción escultórica que en el caso de la función en el exterior se comenzó a usar el barro cocido como alternativa a la piedra. Mientras la zona oriental de Andalucía continuaba siendo lugar de batallas entre las tropas castellanas y nazaríes, en Sevilla se continúa con el proceso constructivo de su Catedral gótica. Años después de que Mercadante de Bretaña cobrara por su trabajo catedralicio, aparece en escena dos escultores, del que destacamos a Pedro Millán porque fue el continuador de la técnica de la escultura de barro cocido y policromado, como refleja su importante producción, continuando la decoración de las portadas de la Catedral que había iniciado Mercadante
El 23 de marzo de 1458 año se registra en la contabilidad de la fábrica catedralicia un pago “a maestre lorenzo mercador ymagenero” por los gastos de su viaje “porque vino por su llamado desde françia por una carta suya para que labrase en la iglesia”[4]. Su llegada se ha relacionado con la presencia del maestro mayor Juan Norman, de origen francés, que desde ocho años antes trabajaba en el templo, habiéndose desempeñado sucesivas profesiones: cantero, aparejador y maestro mayor, en este cargo a partir de 1454, año que coincide con la presencia del escultor bretón en Sevilla.
Este escultor trabajó en diferentes materiales: realizando en alabastro la Virgen del Madroño (1454) y el Sepulcro del Cardenal don Juan de Cervantes (1458), ambas en la Catedral de Sevilla; en madera policromada una serie de esculturas sin documentar que reflejan su estilo; y en barro cocido y policromado su gran aportación al arte andaluz, las esculturas que decoran las portadas del Nacimiento y del Bautismo de la Catedral de Sevilla, realizadas entre 1464 y 1467. Además de estas obras catedralicias de barro cocido y policromado modeló otras para portadas de monasterios, como las recuperadas recientemente en la provincia de Sevilla relacionadas algunas imágenes con antiguos conventos de los monjes jerónimos (San Jerónimo del Monasterio de San Isidoro del Campo en Santiponce[5] y la magnífica escultura de San Miguel del antiguo monasterio de San Miguel de los Ángeles en Sanlúcar La Mayor[6]) o con los cartujos sevillanos de Santa María de las Cuevas (Virgen con el Niño, Museo de Bellas Artes de Sevilla).
En la producción conocida de Lorenzo Mercadante de Bretaña existen varias versiones de Virgen con el Niño realizadas en barro cocido y policromado con advocaciones religiosas diferentes (Virgen de la Cinta, Catedral de Sevilla; Virgen de la Cartuja de Santa María de las Cuevas, actualmente en el Museo de Bellas Artes de Sevilla; Virgen con el Niño, Convento de Santa Clara de Fregenal de la Sierra (Badajoz); Virgen del Alcázar, Iglesia parroquial de San Lorenzo de Sevilla; y Virgen con el Niño de la Casa-Palacio de los Topete de la localidad gaditana de Villamartín), a las que hemos de añadir esta escultura que se muestra en esta exposición.
Las esculturas exentas que decoran las jambas de la arquivolta de las portadas del Bautismo y del Nacimiento (santos Isidoro, Leandro y Fulgencio, y las santas Florentina, Justa y Rufina) aportan datos suficientes para conocer y definir el estilo de Mercadante de Bretaña y la interpretación de las figuras femeninas. Este conocimiento ha sido ampliado con la reciente publicación sobre la escultura del San Miguel de Sanlúcar La Mayor, en el que varios historiadores y restauradores han analizado pormenorizadamente los rasgos formales de su estilo, incluyendo un análisis comparativo del modelado de los característicos rostros y de los ropajes de sus obras con la estética flamenca de Van Eyck.
La escultura, que se muestra en la exposición, responde al tipo de composición sencilla y de marcada verticalidad característico de las vírgenes con el niño que realizó Lorenzo Mercadante de Bretaña: la Virgen de pie lleva a Jesús Niño vestido con una túnica talar y sentado sobre su brazo izquierdo, mientras él intenta coger un objeto de forma blanda (posiblemente una fruta -pera o madroño- de carácter simbólico) que la madre sostiene con su mano derecha de característicos dedos estilizados y actitud elegante. Esta composición es similar a las otras versiones de la Virgen con el Niño conservadas en la provincia de Sevilla (Catedral, Iglesia parroquial de San Lorenzo y Monasterio de San Isidoro del Campo en Santiponce), y en la provincia de Cádiz: Casa-Palacio de los Topete en Villamartín, población que perteneció al antiguo Reino de Sevilla. El manto cubre los hombros y cae por los lados delimitando el volumen del cuerpo dejando libre todo la parte central de la imagen para enfatizar su verticalidad y contrastar sus amplios y suaves pliegues con el plisado menudo y marcadamente lineal que se estrechan en la cintura, ceñida fuertemente por el cinto, y se despliegan nuevamente para caer sobre el suelo. Estos valores de claroscuros de influencia flamenca se refuerzan en la base de la escultura con profusas ondulaciones que producen la clase de tejido de la túnica, de textura más liviana que el grueso manto.
La excelente calidad de la escultura que analizamos es patente en la belleza de los rostros arqueados y en los ojos almendrados de las dos figuras, en la expresividad de Jesús, en la soltura del modelado de los cabellos, especialmente en el niño, en la estilización característica de las manos de sus esculturas y en la elegancia del canon estético. La Virgen lleva otra característica que aparece en algunas figuras femeninas de Mercadante, el cinto adornado con botones o perlas que cae formando pequeñas ondulaciones sin llegar al suelo. Aunque la escultura posee resto de policromía de tonalidad azul-verdosa en el manto de la Virgen y en la túnica del Niño, y de color rojo en la túnica de la madre, sin embargo el artista potenció las texturas de los tejidos con su singular modelado rayado que cambia de dirección en la zona de las cenefas, con esta característica técnica consigue una supeficie vibrante y matérica. En los rostros, la huella de las carnaciones es escasa. Por su calidad artística es una de las mejores obra que modeló en la década de 1460.
José Luis ROMERO TORRES
[1] HINOJOSA, Juan José: “Lorenzo Mercadante de Bretaña y los maestros del gótico final”, en Lorenzo Mercadante de Bretaña. La escultura del arcángel San Miguel, Sanlúcar de Barrameda, Sevilla, Sevilla, Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, 2007, p. 35.
[2] LAGUNA PAÚL, Teresa: “Las portadas del Bautismo y del Nacimiento de la Catedral de Sevilla”, Bienes Culturales, revista del Instituto de Patrimonio Español, nº. 1 (2002), p. 91.
[3] PAREJA LÓPEZ, Enrique: “Lorenzo Mercadante de Bretaña”, en Museo de Bellas Artes de Sevilla, Sevilla, ediciones Gever, 1991, p. 76.
[4] HINOJOSA, Juan José: “Lorenzo Mercadante de Bretaña y los maestros del gótico final”, en Lorenzo Mercadante de Bretaña. La escultura del arcángel San Miguel, Sanlúcar de Barrameda, Sevilla, Sevilla, Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, 2007, p. 35.
[5] TORREJÓN DÍAZ, Antonio: “San Jerónimo, Lorenzo Mercadante de Bretaña”, en San Isidoro del Campo (1301-2002). Fortaleza de la espiritualidad y santuario del poder, catálogo de la exposición celebrada en el Monasterio de San Isidoro del Campo en Santiponce, Sevilla, 2002, pp. 174-175.
[6] AA. VV.: Lorenzo Mercadante de Bretaña. La escultura del arcángel San Miguel, Sanlúcar de Barrameda, Sevilla, Sevilla, Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, 2007.
Private Collection Seville
Jesus Lopez Alfonso: Aparicion de una nueva obra de Lorenzo Mercadante de Bretana. Web article . www.lahornacina.com/opinionmercadante.htm